Capítulo 619
Entonces, al notar la forma en que Henry materializaba las cosas, a Luciana no le quedó otra opción que manifestar que no le necesitaba. Sin embargo, éste insistió, alegando no querer equivocarse con ella.
Así pues, todo estaba arreglado; y a la mañana siguiente, una vez desayunados, el caballero dijo en tono de disculpa: "Acabo de recibir una llamada de la Oficina del Presidente. Me ha solicitado almorzar con su persona. Quizás regrese alrededor de las tres de la tarde; por lo que, le pediré a mi asistente que te acompañe".
La fémina frunció los labios y sonrió. "¡Puedes ir!".
"La próxima vez te llevaré para que le conozca. Pediré su permiso", replicó.
Luciana inmediatamente respiró nerviosamente. "Yo...".
"No te agites. El Señor Presidente es una persona muy tranquila", le consoló.
Y en ese momento, su asistente se acercó y le susurró. A continuación, Henry enunció: "Pequeña Lu, me iré primero. Nos vemos por la tarde. Si tienes alguna petición, puedes preguntarle a mi asistente J

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