Capítulo 6

En alguna ocasión, ella maldijo a Lambert Enterprise, con la esperanza de que la empresa quebrara, pero su idea no funcionó ya que se desarrollaron rápidamente y ahora sus oficinas estaban en un imponente edificio de oficinas. Al pensar en que Xenophilius y Jessamyn llevaban una vida sin preocupaciones gracias a las acciones de su padre, el resentimiento que Vivianna había reprimido durante cuatro años resurgió en su interior como una marea embravecida. La chica había hecho un voto que resguardaba en su corazón: esperaría pacientemente para sentirse fuerte y capaz, entonces reclamaría las acciones de su padre. El apartamento que la compañía había acondicionado para Vivianna y su hijo era muy agradable. Ubicado en una zona residencial de alto nivel, tenía un jardín de infantes bilingüe a unas cuantas cuadras. Era una institución educativa muy conveniente para los residentes que vivían en las cercanías. Allí inscribiría a Zeph. Una vez que se instaló, decidió disfrutar tranquilamente de la semana de descanso que le otorgó la empresa, antes de reiniciar sus labores. Vivianna se dispuso a pasear a su hijo para que él conociera la ciudad, al mismo tiempo que se relajaban durante esas cortas vacaciones. Sin embargo, a los dos días de haber llegado a la ciudad, su jefa la llamó para decirle que una clienta importante le había pedido que diseñara un anillo de diamantes, para regalárselo a su marido el mes siguiente en su aniversario de bodas. No era nada raro, ya que Vivianna era una diseñadora muy popular entre las familias ricas y poderosas. Cuando terminaron la llamada telefónica, la clienta ya la estaba esperando. Sin embargo, las clases en el jardín de infantes todavía no empezaban, además de que ella todavía no había inscrito al niño. En consecuencia, el pequeño tendría que acompañarla a la empresa. "Zeph, escúchame atentamente. Tengo una junta con uno de mis clientes, así que tendrás que esperarme tranquilamente en mi oficina. Por favor, no empieces a correr por todos lados, ¿de acuerdo?", le advirtió Vivianna al pequeño. "No te preocupes, mami, seré un niño obediente", prometió el chico parpadeando, por lo que sus largas pestañas se movieron de arriba abajo, a la vez que la miraba con un intenso brillo en los ojos. Vivianna lo observó pensando en lo que decía la gente, pues todos opinaban que ellos dos no se parecían. Solamente su claro tono de piel era similar al de ella. La chica sintió un poco de amargura. Probablemente, Zeph se parecía a su padre. No obstante, durante todo ese tiempo, ella no había logrado recordar su apariencia. Aunque el hecho de que fuera feo, bajo o gordo no tenía la menor importancia. Miró a su hijo con orgullo, ya que era un niño muy bien desarrollado. El pequeño era más alto que un infante promedio de tres años, pues alcanzaba la estatura de uno de cinco. Además, era muy guapo. Cada vez que ella lo veía, sentía que había sido bendecida con su presencia. Por otro lado, el coeficiente intelectual de Zeph era algo sorprendente, ya que estaba cerca del de un genio. A una edad tan temprana el pequeño era bueno en todo lo que intentaba. Ya hablaba inglés y chino. Además, no tenía la menor dificultad para ayudar a su primo a hacer la tarea, a pesar de que ese niño ya iba en tercer año de primaria. Su inteligencia era admirable. "Mami, me estás mirando de nuevo. ¿Soy tan guapo?", dijo el pequeño en son de broma. Vivianna le plantó un gran beso en la frente. "Yo te di a luz, ¡por supuesto que eres guapo!". "La gente dice que no me parezco a ti, mami. Eso significa que debo parecerme a papá, ¿verdad?", la cuestionó Zephaniah. Al escucharlo, el corazón de Viviana dio un vuelco. Se sentía culpable, porque su hijo carecía del amor de un padre. "¡Quizás!", replicó ella de inmediato. "Entonces, si un hombre se parece a mí, ¿podría ser mi papá?", preguntó emocionado. Pensaba que su padre sería una versión ampliada de sí mismo. Vivianna sonrió y bajó la cabeza para mirar su reloj. "Se está haciendo tarde. ¡Vámonos!". Ella lo tomó de la mano para correr hacia la calle a parar un taxi para ir al trabajo. El hecho de que la empresa pudiera permitirse una gran oficina en la ciudad significaba que les estaba yendo bien. Al bajar del auto, Vivianna caminó hasta la sección central de la avenida y desde ahí miró el magnífico edificio al otro lado de la calle. Era una construcción con un aspecto único, ya que constaba de tres rascacielos conectados entre sí que asemejaban una enorme pirámide. Las altas torres eclipsaban al resto de los edificios circundantes. Vivianna miró la sede de Lambert Enterprise, que no estaba muy lejos de ahí, y pensó que se veía insignificante en comparación con el otro edificio. ¿Qué empresa sería esa? De verdad era asombrosa. "¡Guau! ¡Qué edificio tan impresionante!", exclamó Zephaniah con admiración. Después de todo, el pequeño había desarrollado sus propios gustos en cuanto a valores estéticos y apreciación de la belleza. La compañía de Vivianna estaba ubicada en un pequeño edificio a un lado. Sin embargo, ambos estaban en el centro de la ciudad, donde cada centímetro de tierra valía una fortuna. Por otro lado, aunque fuera un edificio pequeño, se necesitaban bastantes fondos para proporcionarle un mantenimiento adecuado.