Capítulo 18
Emiliano miró el papel, bebió un trago y soltó una risa fría antes de ignorarla.
Fue Rebeca quien, incapaz de soportar el silencio, tomó el documento y lo examinó con atención.
—No pensé que podría quedar embarazada de Emiliano tan pronto.
—Papá, mamá, cuando nazca este niño ya no tendrán que estar tristes.
—Prometo educarlo bien, que sea obediente con ustedes. Es hijo de Emiliano, y también de Rodrigo.
Mientras hablaba, su entusiasmo crecía, pero sus padres no reaccionaron como esperaba.
No había alegría, solo una frialdad incómoda.
¿Qué pasa?
Preguntó, intentando sonreír: —Mamá, ¿por qué no estás contenta?
Rebeca la apartó con un gesto y murmuró con desconfianza: —¿Ese niño es de Emiliano?
—¿Quedaste embarazada después de aquella noche?
Patricia asintió, ruborizada: —Sí. Emiliano fue tan apasionado, lo hicimos varias veces.
—Además, soy muy fértil; no sería raro quedar embarazada enseguida.
Antonio le lanzó el teléfono con furia contra la cabeza: —¡Mirá eso!
—Jamás dudé de ti, Patric

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