Capítulo 18

Desde que Martina fue ridiculizada en toda la red, sus salidas se habían vuelto extremadamente incómodas. Cada vez que salía, siempre sentía que los ojos de todos parecían clavarse en ella. No se resignaba, no podía aceptar perder así ante Elisa. Pasaba los días enloqueciendo frente a los insultos en la pantalla del ordenador y atribuía todos sus fracasos a Elisa: la odiaba por haber destruido su matrimonio y la odiaba todavía más por vivir ahora con tanto éxito. Si ella no podía tener nada, Simón tampoco merecía estar bien. Esa idea se le enroscaba en el corazón como una enredadera venenosa. Los planes para vengarse de Simón habían rondado por su mente todo este tiempo, pero nunca había encontrado una oportunidad adecuada. Hasta que, ese día, escuchó por casualidad la voz de Mario conversando en Grupo Ventisca. La tecnología de la que Grupo Ventisca siempre se había enorgullecido estaba a punto de lanzarse, y todas las demás empresas la codiciaban. Martina cruzó los brazos, esbozó una