Capítulo 31 ¡Bébelos todos o bésalo a él!

Perspectiva de Liora. El reservado, que hacía un instante estaba en silencio, se llenó de pronto de un coro nauseabundo de burlas. Yo temblaba un poco; por un momento no supe cómo enfrentar la situación y solo pude disculparme una y otra vez ante todos. Entonces se escuchó una voz tímida. —¿El señor Soren no quería escuchar una canción hace un momento? ¿Le parece bien si canto una para usted? Era la voz de Naelae, que estaba intentando sacarme del apuro. Esta mujer que me recibió la primera vez que vine al Coliseo Kanam no tenía un carácter tan atrevido y ardiente como insinuaba su figura; más bien conservaba la timidez de una jovencita. En varias ocasiones, cuando me habían puesto en aprietos, había sido ella quien había salido a ayudarme. Pero... Maldita sea, conocía demasiado bien el carácter de Soren: detestaba a las mujeres que tomaban decisiones por su cuenta. Efectivamente, sin que Soren dijera nada, el hombre que llevaba abrazada a Naelae la sujetó de un tirón por el cabello. —