Capítulo 13

Clara quedó shockeada ante el nivel de descaro de Adolfo. —Ya lo dije, donar un riñón es imposible. Adolfo estaba a punto de estallar, pero Clara añadió con calma: —Conozco a un médico tradicional muy hábil; puede mantenerlo con vida mediante medicación. —Renovando la receta cada semana, en un mes su cuerpo estará en condiciones óptimas para una cirugía. —Durante ese tiempo puedes buscar un donante con calma; mientras la familia Jiménez esté dispuesta a gastar dinero, siempre habrá oportunidad para un trasplante. En otras palabras, ella podía ayudar a Mario a ganar tiempo mientras esperaba el riñón, pero donar el suyo, jamás. Adolfo elevó la voz: —¿Medicamentos para mantenerlo con vida? ¿Estás bromeando? —Desde que Mario enfermó, lo he llevado a todos los hospitales posibles; salvo un trasplante, no hay alternativa. Clara respondió con frialdad: —Si no has conocido a alguien con verdadera destreza, no digas cosas tan absolutas. Adolfo extendió la mano: —Bien, entonces dame ahora mismo