Capítulo 62

Al salir del restaurante, Felipe no pudo ocultar la alegría que sentía por dentro. —Clari, felicidades, lograste lo que querías. Clara, quien acababa de conseguir la propiedad y el dinero, se mostraba sorprendentemente serena. Tecleó unas cuantas veces en la pantalla de su celular: —Gracias por lo de hoy. Felipe le revolvió el cabello con una sonrisa: —Entre nosotros, ¿para qué agradecer? Esto es simplemente lo que debía hacer. Felipe recibió una notificación bancaria. Al abrirla, vio con asombro que el dinero provenía de Clara. Ella le mostró el celular con un leve gesto: —Los honorarios del abogado. Revísalo. Felipe suspiró, resignado: —¿De verdad me estás pagando? —Ya me conoces. —Respondió Clara: —Nunca le debo favores a nadie. Felipe se quedó atónito ante su firmeza. Después de tanto tiempo de amistad, sabía perfectamente que Clara nunca dejaba una deuda pendiente, ni siquiera de gratitud. Precisamente por esa forma leal y justa de actuar, quienes eran sus amigos estaban dispuesto