Capítulo 105

Punto de vista de Percival Esa noche, Regina cenó más que nunca tras el accidente. Y no solo eso, también durmió profundamente. Parecía que la visita de Emily le había sentado de maravilla y decidí aprovechar la coyuntura para pintarla. Con suerte, podría sorprenderla con un retrato suyo al despertar. A medianoche, ya tenía todas mis herramientas de dibujo en el cuarto. Como habían pasado años desde la última vez que pinté, no me sentía capaz de plasmarla de memoria. Mi mujer lucía como una mansa paloma dormida. Su expresión de tranquilidad era una obra de arte y decidí que tenía que pintarla así. Comencé a trabajar, haciendo el menor ruido posible para no despertarla. El vendaje que hasta hace unos días cubría su cabeza había sido remplazado por una pequeña venda, que en ese instante estaba cubierta por su pelo. Además, la manta la tapaba perfectamente hasta los brazos, confiriéndole un aura de inocencia. Por un momento, lo único que hice fue contemplarla. Confirmé lo que ya sabía: la