Punto de vista de Regina
Después de un rato nos paramos y fuimos al baño, en donde tomamos una larga y sensual ducha. Nunca imaginé que enjabonar el cuerpo de otra persona fuera tan excitante.
Luego desayunamos y salimos a la calle tomados de la mano.
Percy dijo que nos moveríamos en taxi acuático y caminaríamos cuando fuera necesario, lo que para mí sonaba emocionante.
Casi al inicio de nuestro recorrido descubrí que la mayoría de las calles de Venecia eran canales y mi marido y yo caminamos hasta el sitio de taxis acuáticos para seguir con nuestra aventura.
En toda mi vida jamás había visto una combinación similar entre belleza y lujo: el adorable barquito tenía asientos de cuero.
Percy me ayudó a subir, se sentó frente a mí y me tomó de la mano. Con la que tenía libre señalaba edificios y me contaba sobre ellos.
La travesía en el barco de madera me dio una nueva perspectiva de la ciudad.
Durante un rato recorrimos los canales más tranquilos de Venecia y pasamos al lado de los jardin