Capítulo 122
Mabel caminó hasta la puerta de la habitación de Madame Griffiths y llamó a la puerta.
-¿Mabel?
"Sí."
"Adelante." La voz de la señora Griffiths estaba llena de emoción.
Mabel empujó la puerta y vio que estaba cortando un trozo de tela de primera calidad, como si estuviera haciendo ropa.
La señora Griffiths la saludó: "Mabel, finalmente regresaste. Ven aquí y déjame medir tu talla".
Winnie, que estaba sirviendo a Madame Griffiths, se quedó atónita por un momento antes de fruncir el ceño ligeramente.
Mabel se acercó y se quedó allí obedientemente.
La señora Griffiths sostuvo la cinta métrica en su mano e hizo un gesto hacia su cuerpo. Luego le ordenó a Winnie: "Winnie, ayúdame a registrarlo. No te equivoques".
"Sí, señora Griffiths."
Al ver que estaba de buen humor, la señora Griffiths sonrió y dijo: "Sabía qué talla llevabas, pero es la primera vez que te hago un vestido, así que soy un poco verbosa".
Mabel sabía que Madame Griffiths no se jactaba.
Antes de jubilarse, Madam Griffiths er

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