Capítulo 55
Alejandro también vio a María y su mirada se volvió profunda.
María se alejaba de él, y parecía no estar tan desamparada como ellos habían esperado. Al contrario, se mostraba serena y elegante.
María también los vio entrar, esbozó una ligera sonrisa y su mirada recorrió con indiferencia a Carmen y Alejandro, como si ellos fueran meros transeúntes sin importancia.
Al ver esto, Alejandro arrugó ligeramente el entrecejo.
Quiso decir algo, pero Carmen lo detuvo.
—Alejandro, déjame presentarte: esta es mi abuela Nuria —dijo Carmen.
Justo había notado que la mirada de Alejandro permanecía fija en María, lo que la hizo sentirse muy incómoda.
Maldita sea.
¿Acaso esa perra de María todavía quería seducir a Alejandro?
¡Qué horrible!
¡Que ni lo sueñe!
Alejandro finalmente apartó la mirada y se dirigió a Nuria. —Abuela Nuria, le deseo mucha salud y una larga vida.
Nuria asintió ligeramente con una expresión tranquila. —Muy atento de tu parte.
Nuria ya era de edad avanzada y había visto a muchas pe

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