Capítulo 10

Mauricio permanecía inmóvil en el sofá. No sabía cuánto tiempo había pasado cuando el sonido del teléfono lo devolvió a la realidad. —Señor Mauricio, el vestido de novia que la señorita Valentina mandó a hacer ya está listo, pero no hemos podido comunicarnos con ella. —¿Podría decirnos qué hacer con él? Los ojos de Mauricio se iluminaron de inmediato. Claro, su boda con Valentina sería dentro de tres días. Casarse con él era el sueño de Valentina desde siempre. Estaba convencido de que, llegado el día de la boda, ella aparecería. Todo esto no era más que una rabieta, un intento de hacerlo ceder. —Envíenlo a la dirección que figura en el pedido. —De acuerdo. Colgó, se levantó del sofá y escribió un mensaje por WhatsApp: [Valentina, sé que puedes leer esto. Usar tu desaparición para forzarme a disculparme es un método demasiado bajo. No voy a buscarte. Si no apareces en la boda dentro de tres días, puedo conseguir a alguien que te reemplace.] A los pocos minutos, su publicación se llenó