Capítulo 14

Cuando Mauricio se giró, la furia en sus ojos era casi palpable. Solo cuando él desapareció, Valentina bajó lentamente las escaleras. —¿Ya está todo listo? Hernán sonrió y la miró; su tono era mucho más suave que el usado con Mauricio. Valentina asintió, su mirada estaba llena de pensamientos difíciles de descifrar. Aquel día, después de que Hernán la rescatara, había perdido el conocimiento. Cuando despertó, se encontraba en su cama. Intentó agradecerle, pero Hernán fue directo al punto: le confesó sus sentimientos. Solo entonces Valentina supo la verdad: no había sido Mauricio quien la había salvado de los traficantes, sino Hernán. —Valentina, sé que no puedes aceptar mis sentimientos tan pronto. No importa. Tenemos todo el tiempo del mundo. —Pero antes de eso, necesito que me acompañes al extranjero. Por fin conseguí una cita con un médico especializado; debo comenzar mi rehabilitación. Valentina no tuvo razones para negarse. —¿Te molestó verme tratarlo así? Ella se acercó, ajustó l