Capítulo 14
En la guardería infantil de Ana llegó un nuevo maestro.
Tenía el pelo y los ojos negros, era muy alto y guapo, pero parecía un poco indiferente y difícil de acercarse.
Los niños de la guardería infantil estaban muy curiosos sobre él, pero este maestro parecía preferir solo a una niña: Ana.
Ana parpadeó con sus grandes ojos: —Te conozco, eres la persona enojó a mi madre aquel día.
Ramón se agachó frente a ella y dijo con voz contenida: —Entonces, ¿tu mamá te ha hablado mal de mí?
—Mi mamá nunca habla mal de los demás a sus espaldas, dice que eso está mal. Tampoco me ha hablado de ti, no sé quién eres tú.
Al oír las palabras de Ana, Ramón se sintió un poco triste.
Lidia seguramente todavía lo culpaba, por eso nunca lo mencionaba frente a su hija.
—Tu mamá y yo somos... amigos viejos, antes éramos muy muy cercanos, solo que cometí algunos errores que la decepcionaron.
—Ana, ¿puedes decirme qué le gusta a tu mamá? Quiero que me perdone, ¿puedes ayudarme?
Ramón intentó persuadirla con pacie

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