Capítulo 21
En los últimos tres días.
Eran como una familia más común de tres miembros.
Por la mañana salían a pasear, al mediodía Ramón cocinaba, y por la noche se acurrucaban juntos en el sofá para ver la televisión.
Todo era ordinario y cotidiano.
Pero Lidia notó que el semblante de Ramón empeoraba cada vez más.
En varias ocasiones, apenas terminaba de comer y ya iba a vomitar.
Lidia no pudo contenerse y le preguntó: —¿Estás enfermo?
Pero Ramón sonrió: —Lidia, ¿te preocupas por mí?
Lidia le respondió sin rodeos: —No exactamente, solo te pregunto. Si no te sientes bien, Ana y yo nos iremos antes. No hay necesidad de molestarte.
—No.
Ramón la rechazó de inmediato: —No.
—Hemos acordado un mes, solo un mes, todavía no ha terminado.
Al verlo tan insistente, Lidia no tuvo más que decir.
De todos modos, solo faltaban pocos días, pasarían en un abrir y cerrar de ojos.
El último día del acuerdo llegó rápidamente.
Ese día, Ramón se puso un traje, se arregló el pelo y las llevó a un restaurante para una g

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