Capítulo 86
—Confío en Mari tanto como tú confiaste en tu hermanastra cuando la trajiste de Salemi
Su esposo arqueó una ceja.
—Veo que todavía estás molesta por Giana.
—Mucho— resopló
—¿No confías en ella?
—¿Tu sí?
—No, pero no creo que se convierta en un lastre hasta que Enzo esté fuera del camino
—Siempre y cuando entiendas que Giana solo es leal una sola persona: ella misma
—No te preocupes, yo sé manejar a mi hermanastra
¿Era realmente capaz de manejarla? ¿O era ella la que lo estaba manejando?
—Espero que estes bien.
Pero no vino aquí para hablar de la rubia de ojos azules, sintió que necesitaba investigar un poco más a Giana antes de decidir qué hacer con su temperamental aliada.
—De todos modos, no le di a Mari ningún detalle sobre nuestros planes— dijo, cambiando de tema— simplemente le di una idea de la dirección en la que nos dirigimos, y creo que está a bordo por ahora
—Si ella nos deja fuera de combate, me encontraré con la oposición de los otros clanes. A los hombres que conozco no le

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