Capítulo 11

—¡BANG! Un estruendo ensordecedor sacudió la habitación. Mauricio lanzó el celular con violencia contra el suelo. La pantalla se hizo añicos al instante, como una telaraña rota. De inmediato, como una bestia fuera de control, barrió de un manotazo todos los documentos del escritorio. Bolígrafos y papeles quedaron esparcidos por el suelo. Por último, levantó el pie y pateó con furia el rincón donde reposaba su tesoro más preciado: un jarrón antiguo de valor incalculable. El jarrón se estrelló y estalló en pedazos. Paola palideció ante aquel estallido de ira repentino. Exclamó, aterrada: —Mauricio, ¿qué estás haciendo? ¿Qué fue lo que pasó? Corrió hacia él, intentando sujetarlo. Mauricio apartó de un manotazo la mano que ella le tendía. La ferocidad nunca antes vista en sus ojos dejó a Paola paralizada, con el cuerpo helado. Las lágrimas brotaron de inmediato, mezcla de agravio y miedo: —Mauricio, tú... —¡Fuera! —Mauricio señaló la puerta, con la voz ronca e inapelable. Al ver su expresi