Capítulo 96
María se fue de la cafetería y llevó al niño al centro comercial para comprarle algo de ropa.
María le cambió la ropa y, sonriendo, le dijo al niño: —De ahora en adelante, ya no te llamarás Román, te llamarás Simón Fernández, recuérdalo, ¿sí?
El niño asintió.
María creyó que él no había entendido, así que le escribió el nombre trazo por trazo y explicó: —Simón significa un regalo enviado por el destino, representa todas las cosas hermosas.
El niño sonrió y dibujó en la palma de su mano dos palabras: [Gracias].
María se quedó paralizada por un instante.
Él había nacido con afasia y, además, jamás había recibido educación adecuada. ¿Cómo era posible que supiera escribir?
María sintió que Simón no era nada sencillo.
Para confirmar su sospecha, María llamó a Carlos: —Profesor, ¿puedo usar el laboratorio cinco minutos?
Ahora el laboratorio y el instituto de investigación estaban bajo la administración del Grupo Fénix, con personal designado; ellos, como profesores, solo tenían autoridad eje

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