Capítulo 63

Punto de vista de Freya. El dolor en mi cabeza era tan intenso que gemí, apretando mis sienes con las manos. Luego, intenté mirar hacia el frente con el fin de que mi visión se aclarara.  Gracias a que la bolsa de aire se infló justo a tiempo, no salí disparada por la ventana; sin embargo, el hombre a mi lado no corrió con la misma suerte. Su cabeza había golpeado la ventana de vidrio, provocándole sangrado en su barbilla. Incluso el cristal se había hecho añicos por el impacto. No había tiempo que perder, así que, ignorando los dolores en mi cuerpo, intenté empujar la bolsa de aire, pero no funcionó. Entonces, me incliné y, con cierta dificultad, desabroché el cinturón de seguridad. Enseguida, traté de abrir la manija de la puerta y fue entonces cuando descubrí que estaba atascada. Consumida por el pánico, empujé la puerta con todas mis fuerzas, pero era imposible abrirla, sobre todo porque la bolsa de aire todavía me cubría. Seguí intentándolo, mientras me animaba mentalmente. Des