Capítulo 1093
-Está bien, gracias, señora Dahlia.
Lucille se sentó en la silla y se llevó la papilla caliente a la boca con una cuchara.
Aunque no podía saborear la comida, ésta le reponía fuerzas y calmaba los ruidos de su estómago.
Madame Dahlia le hizo compañía. Ver a Lucille disfrutando de su comida hizo feliz a Madame Dahlia. Suspirando, dijo: "Es una pena que la señorita Molly haya salido. Si supiera que estás despierta, sin duda estaría feliz".
¿Molly salió?
Lucille se quedó desconcertada. Su cuchara chocó contra el cuenco, produciendo un sonido crujiente.
—Señora Dahlia, ¿dijo que Molly se fue? ¿Adónde fue?
—No lo sé. La señorita Molly no me lo dijo.
La señora Dahlia meneó la cabeza y, tras pensarlo un momento, añadió: "Oh, sí, la señorita Molly se fue en su auto".
Lucille frunció el ceño. Molly podía perderse fácilmente en viajes largos y no era buena usando el GPS mientras conducía.
Siempre que era posible, Molly evitaba tocar el volante.
A menos que fuera increíblemente urgente, ¿por qué

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