Capítulo 1200
Lucille estaba sentada en el sofá, esperándolos.
Quince minutos después, Hugo y James irrumpieron en la sala de estar, jadeantes. Al parecer, habían entrado corriendo después de aparcar el coche.
Lucille curvó los labios y dijo: "¿Cuál es la prisa? No podría haberme ido volando, ¿verdad?"
Hugo y James miraron a Lucille de arriba abajo. Al ver que estaba entera y no demacrada por la tortura, finalmente dejaron escapar un suspiro de alivio.
Lucille parecía estar de buen ánimo. Por otro lado, Hugo y los demás, que habían estado buscándola durante casi un mes, ¡parecían haber perdido al menos doce libras!
James fue el primero en notar que algo andaba mal. Se concentró en los ojos de Lucille y agitó la mano con cautela frente a ella.
Hugo le dio un golpe con la mano y lo regañó: "¿Qué crees que estás haciendo?"
James, sorprendido, dijo: "Jefe... sus ojos..."
"¿Ojos? ¿Qué les pasa a los ojos del jefe?" Hugo se inclinó para mirar más de cerca y comentó: "¡Son bonitos!"
James no estaba de humo

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