Capítulo 933
En la antigua mansión, Madame Collins esperaba con ansias la comida. Cuando vio a Lucille entrar a la casa, Madame Collins sonrió y dijo efusivamente: "¡Lucille, estás aquí! Ven, quiero verte. ¿Por qué has perdido tanto peso en los últimos días? ¿No es así? comer a tiempo?"
Lucille no supo si reír o llorar ante el tono de Madame Collins. Ella respondió: "Abuela, te ves bien. ¿Has tenido alguna molestia recientemente?".
"Estoy bien. ¡No te preocupes!"
Madame Collins llevó a Lucille a su asiento y les indicó a los sirvientes que sirvieran los platos.
Después de un rato, los sirvientes entraron uno por uno y se sirvieron muchos platos aromáticos en la mesa.
"Ven, vamos a probar".
Madame Collins se rió entre dientes mientras preparaba los platos para Lucille. Por el rabillo del ojo, vio que no había ningún movimiento por parte de Joseph. Ella no pudo evitar patearlo debajo de la mesa del comedor.
José se echó a reír. Sabía que Madame Collins quería que él y Lucille pasaran la noche en la a

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