Capítulo 23

—¡Quizá sea el motivo de que llegó tarde, está preparando su confesión para ti! Al escuchar las bromas de sus compañeros, Andrea no pudo evitar sonrojarse. Bajó la cabeza, sintiéndose algo nerviosa —Aunque sí me gusta, en el fondo sigo sintiendo cierta inquietud y miedo. Me preocupa que todo lo que hace sea solo un juego, que su amabilidad conmigo sea fingida, que algún día lo revele todo y empiece hacerme daño. Por supuesto, las amigas, pensando en su bienestar, empezaron a consolarla. —Andrea, no tienes que preocuparte por eso. Todavía eres joven. Si Lorenzo te trata bien, disfrútalo; y si algún día te engaña o te hace daño, lo mandas al diablo y buscas a otro. —Eso es. Hombres hay muchos en este mundo, y también hay chicos excelentes. No tienes por qué quedarte con él. Si no funciona, mi hermano tampoco está nada mal, ¡te lo presento cuando quieras! —¡Sí, sí, sí, y también mi primo! ... Mientras charlaban, una tras otra empezaron a venderle a Andrea los buenos partidos que conocían,