Capítulo 193
Estábamos a punto de irnos a casa cuando nos encontramos con tres matones recostados del coche y fumando. Damon se acercó a ellos y les dijo: “¿Les importaría apartarse?”
Aquellos sujetos eran unos bravucones. Uno de ellos se adelantó y le dijo: “¿Insinúas que quieres que nos vayamos? ¡Quiero recostarme de tu auto por un momento! Atrévete a hacerme enojar y te irás a casa con las pelotas en los bolsillos”.
Me di cuenta de que Damon se estaba irritando y que no era el único. Así que me acerqué a él y le dije: “Vámonos de aquí. Es mejor que no causemos ningún alboroto”.
Los otros dos tipos me miraron, silbaron y enseguida dijeron: “¡Mírate! Conseguiste a la ram*ra más calentona de la noche, ¿te importaría prestárnosla? Nosotros…”
Pero el maleante no terminó de hablar siquiera, cuando se escuchó un crujido de huesos y los demás vieron el puño de Damon en su mandíbula.
Y así fue como empezó todo, tres a uno. Yo simplemente no podía quedarme de brazos cruzados y me uní a Damon en la rey

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