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Capítulo 7

Edward saca su teléfono del bolsillo y está a punto de usarlo cuando, de repente, recibe una llamada. Su expresión cambia de inexpresiva a molesta, y contesta la llamada vacilante: “Cecelia, ¿por qué llamas?” Pero escucha una voz masculina del otro lado: “La señorita no está bien en este momento, ¿le importaría venir? Ella me pidió que lo llamara cuando le pregunté por algún pariente suyo”. Edward cuelga y se aleja manejando, mientras rastrea la ubicación del teléfono. Esta le indica un hospital, y conduce en esa dirección de la misma manera en que lo había hecho para llegar al cementerio. …. El auto se detiene frente a una enorme edificación, que se podría clasificar como un palacio, con un jardín de unos cien metros en el frente. Ella ve una gran variedad de flores plantadas en el jardín, que tiene un largo seto a los lados, allanando el camino hacia la entrada. Alexia sonríe ampliamente y piensa: "Este es el jardín de mis sueños, ¿estoy aquí para ver a mi hermano? ¿Cómo se verá ahora? ¿Cómo pudo adquirir todas estas riquezas, como para poder comprar una casa en esta área?". Mientras está pensando, mira hacia la casa, y en la habitación más alta observa que una ventana se abre. Ve la espalda de un hombre, pero antes de que logre identificarlo, desaparece de su vista. Suspira y mira en dirección a Eric. Él le muestra el camino a la casa y comienzan a caminar hacia ella. Una vez más, la puerta se abre sola, y justo frente a ellos aparece un hombre gigante. Su cabeza está inclinada hacia abajo, mirando atentamente el suelo, como si hubiera perdido algo. Eric y Enoch dejan de caminar e inclinan la cabeza hacia él. Alexia mira al extraño frente a ella y comienza a escanearlo de pies a cabeza. Sus ojos se mueven de su cabeza a sus hombros, pero viajan de regreso a su rostro, y ve un lunar en su mejilla. Alexia abre muy grande los ojos, corre hacia él y le desabrocha la camisa. Él todavía no levanta la mirada, pero su cabeza se eleva lentamente. Ella mete la mano por debajo de su camisa y ahí siente otro lunar. Pero no está satisfecha, por lo que rasga la camisa y lucha por quitársela. Enoch y Eric observan la escena asombrados. El hombre nota su lucha y la ayuda quitándose la camisa. Los ojos de ella se dirigen hacia el lunar, y ve una marca de nacimiento púrpura justo debajo. Esta vez, ella lo mira a la cara, y un jadeo escapa de sus labios, con los ojos abiertos de par en par. Da dos pasos hacia atrás, y se le humedecen los ojos. Las lágrimas caen por su rostro, y se lleva las manos al corazón. El hombre limpia sus ojos llorosos y, como si estuvieran hechizados, se precipitan el uno hacia el otro. Él la levanta en el aire y ella grita: “¡¡Hermano, mi hermano está vivo!! Oh Dios mío." Él la balancea en el aire, ambos inmersos en sus sentimientos. Otras personas vestidas de negro, tanto mujeres como hombres, se unen a ellos afuera y observan la emocionante escena frente a ellos. Uno de ellos se aclara la garganta y le dice al que está a su lado: “¿Quién hubiera imaginado que el soldado tendría un punto débil en su corazón, y que su hermana sería la dueña? Ahora estoy seguro de que nunca se casará, ya que ha encontrado a su hermana”. El otro sonríe levemente y responde: “Está bien que su hermana sea la dueña, ya que entonces no tiene ningún punto débil. Incluso con ese duro corazón, nos hizo parte de su familia. Jamás creería que no le importan los demás, es humano después de todo”. Los que lo escuchan asienten con la cabeza, expresando su aprobación. Continúan mirando, y justo cuando están empezando a cansarse, la temperatura cambia de repente cuando Alexia se separa de los brazos de su hermano y comienza a golpearlo como si estuviera poseída. Pero él solo la mira sonriendo, y cuando ella ve eso se enoja aun más, y comienza a mirar alrededor. Alexia ve a un hombre de seguridad con su cachiporra, y corre hacia él y se la quita. El guardia está a punto de sacársela de nuevo, pero Jonas le hace un gesto, y se detiene. Ella corre hacia su hermano, y ve que él no se mueve, y entonces le grita mientras lo golpea con la cachiporra: "¿Qué? ¿No le tienes miedo al dolor? ¿Fingiste tu muerte? Te mataré de verdad esta vez". Vuelve a levantar la mano, y él entra corriendo en la casa mientras ella lo sigue con la cachiporra en el aire. La gente de negro comienza a reírse, y una dama entre ellos grita: “¡Ahora podemos decir que estamos en casa! Los momentos aburridos se han terminado". El resto asiente con la cabeza. Alexia persigue a su hermano dentro de la casa, y no se detiene incluso cuando él sube las escaleras, mientras sigue gritando: "¡Hoy te mataré!" Él entra corriendo a una habitación y cierra la puerta tras de sí. Ella se detiene en la puerta y grita: “¡¡Jonas Rivas, si no quieres ser castrado hoy, abre esta maldita puerta!!” Él suspira con fuerza y trata de convencerla: “Hermana, ¿no crees que estás actuando irracionalmente? Tu hermano muerto resulta estar vivo, ¿no deberías estar feliz y comportarte en consecuencia? ¿Qué pasa si muero a causa de tu golpiza?". Solo escucha silencio del otro lado, por lo que abre la puerta un poco, pero ella la empuja de repente y él cae al suelo, con la guardia baja. Ella salta sobre él y comienza a reírse, y él se une. Mientras ríen, ella observa la habitación en la que se encuentran, y su risa cesa. Él se da cuenta de esto, y cuando ve lo que ella está mirando, le pregunta: "¿Te gusta lo que ves?".

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