Capítulo 35
—No es nada, tengo algo que hacer. Ustedes continúen.
Valeria no quiso decir más y forcejeó para marcharse.
—¿Podrías no involucrar a los demás en lo nuestro?
A Alberto ya no le gustó lo que estaba viendo, y se adelantó para detenerla.
—Lourdes, ve a ver a Alicia, necesito hablar con ella.
—Está bien... —Ella apenas reaccionó, pero al dar unos pasos fue jalada con fuerza.
—¿Qué pasa? ¿Ella no es parte de esto? ¿Por qué no puede quedarse?
Valeria la sujetó con firmeza, mirando a Alberto con actitud desafiante.
"¿Parte de esto?"
Lourdes por fin entendió por qué su amiga estaba actuando de forma tan extraña.
—Nos encontramos en la calle, se me pasó decirte.
Al notar que el ambiente se volvía cada vez más incómodo, intentó a dar una explicación para suavizar la situación.
Después de todo, no quería que se repitiera lo de la última vez.
Al oírla, Valeria le soltó la mano.
—¿Por qué siempre eliges huir? Esa carita de víctima que pones me da asco.
Lourdes quedó desconcertada, sin poder creer

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