Capítulo 75
Lourdes sacudió el teléfono en su mano. —Pensé que era mi celular, pero al contestar me di cuenta de que no lo era.
Mientras hablaba, se acercó y le entregó el celular.
—No importa. —Roberto no le dio importancia y lo tomó—. ¿Hola?
Natalia escuchó la voz al otro lado de la línea y se esforzó por mantenerse serena.
—Señor, hay un asunto que requiere su atención. Quisiera confirmar su horario de entrada el día de hoy.
—Tengo algo que hacer hoy, llegaré un poco tarde.
Después de decir eso, Roberto estaba a punto de colgar sin más.
—¡Espere! —Natalia lo detuvo con urgencia—. ¿Está el señor Roberto en casa?
A pesar de haber escuchado la voz de Lourdes, Natalia no se atrevía a creerlo del todo.
Pero, en el momento en que abrió la boca, ya se había arrepentido.
Roberto era su jefe, pero jamás le había dirigido una mirada directa. Si no fuera por el respaldo de su padre, probablemente ni siquiera habría tenido la oportunidad de ser su secretaria.
Como era de esperarse, al otro lado del teléfon

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