Capítulo 91
—No quiero seguir con este tema.
Al ver el aspecto lleno de heridas de Alberto, Lourdes se sintió un poco conmovida.
—Estás muy lastimado, deberías descansar bien, no andes por ahí...
—Me gustas.
Alberto la interrumpió con firmeza antes de que terminara.
—Me hice amigo de Valeria para poder acercarme a ti, pero viendo cómo están las cosas, quizá ya no podamos ser amigos.
Sonrió, con un toque de ironía. —Pero no quiero quedarme con el arrepentimiento, así que decidí reunir el valor para confesarte mis sentimientos.
Se escuchó un ruido...
El sonido de algo cayendo se escuchó detrás de ella.
Lourdes giró la cabeza y vio que Valeria estaba allí, sin saber desde cuándo.
La sopa de pollo que traía en las manos se derramó, salpicando el caldo.
—Valeria...
Lourdes quiso ir tras ella, pero tenía una pierna herida y no podía alcanzarla.
—Lourdes... Ve despacio.
Dijo Alberto mientras la alcanzaba, dudando si debía correr tras Valeria o ayudar a Lourdes.
—No te preocupes por mí, ¡ve tras ella ya!

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