Capítulo 93
—Está bien, yo... Lo entiendo.
Alberto sonrió, con amargura. —Este sentimiento... Ha sido solo una obra de teatro para uno solo.
Mientras hablaba, se tambaleó y salió.
Desde pequeño, Alberto había crecido protegido, creyendo que todo lo que deseaba se podía obtener con facilidad.
Pero las palabras de ella lo hicieron despertar.
Cuando el hombre se marchó, los dedos de Valeria se movieron ligeramente y abrió los ojos.
—Lourdes...
Lourdes se lanzó hacia ella con emoción, tomándola de la mano.
—Por fin despertaste.
Pero al ver las lágrimas en los ojos de Valeria, su corazón se hundió.
"¿Acaso ella escuchó todo lo que acabamos de decir?"
—¿Tienes hambre? Te traje algo delicioso...
Aún no había terminado de hablar, cuando Valeria la sujetó del brazo.
—Escuché todo lo que dijeron.
Al oír eso, ella no pudo evitar romper en llanto.
—¿Por qué fuiste tan tonta? Si te hubieran encontrado más tarde... ¿Qué habría hecho yo?
—Te hice preocuparte, esta vez hice una tontería. ¿Alberto... Está bien?
Va

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