Capítulo 2312

Jim, al otro lado de la llamada, puso los ojos en blanco. "No seas tan arrogante, ¿quieres, Joshua? ¿Crees que podrás librarte de mí solo porque tú lo dices? ¿Qué tan poco piensas de mí?". Joshua curvó los labios en una sonrisa ante la expresión del rostro de Jim. "Si no me crees, podemos intentarlo". Dicho eso, él se volteó para mirar a Luna. "¿Qué dices, Luna?". Luna frunció los labios, soltó su mano y se sentó a su lado. La expresión de su rostro era un poco oscura cuando murmuró: "Ahora mismo no estoy de humor para bromas". Al ver que ella estaba actuando un poco extraño, y había un leve temblor en su voz, Joshua inmediatamente frunció el ceño con preocupación. "¿Qué sucede?". Luna se mordió el labio y cerró los ojos. La primera escena que apareció en su mente fue el rostro amable y sonriente del mayordomo Fred, así como la manera en que la miró cuando le dijo que la ayudaría a deshacerse de Sean y Jim. Ella recordaba el tono respetuoso de su voz cada vez que le hablaba, pero en ese momento, los recuerdos de estos fueron reemplazados gradualmente por el tono siniestro de sus reclamos de lealtad. A Luna le resultaba difícil aceptarlo. Después de todo... Ella siempre pensó que el mayordomo Fred era un mayordomo de buen corazón y responsable. Ni en sus sueños más salvajes, ella se había imaginado que él tuviera motivos tan siniestros. ¿Cuándo empezó a pensar en ayudarla a deshacerse de Jim? ¿Cuándo comenzó a planear su plan elaborado? La mente de Luna era un revoltijo de pensamientos mientras se frotaba las sienes con frustración. "Tal vez ella le estaba costando un poco aceptarlo, teniendo en cuenta que el verdadero mayordomo Fred no es quien creemos que es". Incluso Jim replegó su actitud bromista al ver la mirada devastadora en el rostro de Luna. Él encendió un cigarrillo, le dio una calada y luego dijo con una sonrisa amarga: "Para serte sincero, me siento exactamente igual que tú, Luna. Yo jamás pensé que sucedería esto". Después de todo, Jim creció junto al mayordomo Fred, y siempre estuvo agradecido por lo amablemente que éste lo había tratado. Tanto que, a veces, Jim no podía evitar pensar que aparte de Charles y Rosalyn, el mayordomo Fred era una de las pocas personas en el mundo que lo trataba bien. El mayordomo Fred era como de un familiar para él, y éste también le dio la misma bienvenida a Mickey. Cuando la bodega de drogas, que estaba detrás de la Mansión Landry fue construida, Rosalyn quería que Jim se quedará con el segundo par de llaves. Sin embargo, como Mickey era el aprendiz de Rosalyn y el hijo del mayordomo Fred, Jim siempre lo trató como a un hermano y debido a eso, decidió que sería más apropiado colocar las llaves bajo su posesión. Mirando hacia atrás... Él no quería nada más que abofetearse a sí mismo. Cada recuerdo del mayordomo Fred y Mickey se sentía como un martillo golpeando contra su corazón. Joshua suspiró y atrajo a Luna hacia sus brazos reconfortantes. "No te alteres demasiado". Luna se mordió el labio y levantó la cabeza para mirar a Joshua. Esa mañana, ella había acusado a Joshua de confiar en Sean con los ojos cerrados e incluso mencionó lo mucho que le dolía ser traicionada por alguien cercano a su corazón. Sin embargo, unas horas después, ella volvió a ser abofeteada por el mismo sentimiento de traición. No importa cuántas veces sucediera, no se volvía más fácil. Al ver la mirada de desesperación en los ojos de Luna, Joshua suspiró y la acercó a él y luego levantó la cabeza para mirar a Jim desde la pantalla. "Sean ya se instaló en la casa de Luke, pero los días siguientes, Luna y tú tendrán que seguir fingiendo. Cuanto más desordenada sea la pelea, mejor. Sería perfecto si de alguna manera pudieras hacer que Charles y Rosalyn supieran de eso". Jim frunció el ceño cuando escuchó eso. "¿Debería avisarle a mis padres y pedirles que sigan nuestro juego?". "No es necesario". Joshua entrecerró los ojos.