Capítulo 220 Descubierta fisgoneando
Su palma era ancha y ardiente, su brazo fuerte, y así la sostenía por la cintura, con una mirada ardiente como el fuego, como si quisiera devorarla, su voz llevaba un tono peligroso.
Mónica se sonrojó, mirando sus profundos ojos oscuros y brillantes, sintiendo una emoción inexplicable y tosió levemente, diciendo: —He acompañado a Juliita un par de veces nada más, pero no es el tipo de bar que tú piensas, tío Sergio, hay música suave y actuaciones simples, es un lugar adecuado para conversar.
—¿En serio?
Él habló en voz baja, observando cómo sus ojos parpadeaban nerviosamente, su cara sonrojadadita era adorable de ver.
Mónica lo afirmó con seriedad: —Es cierto, tío Sergio, si no me crees, algún día puedo llevarte a ver.
—Está bien.
Él aceptó con sagacidad.
—De hecho, es un lugar muy sanador; a Juliita y a mí nos encanta ir allí, nos quedamos toda la noche escuchando música, y el estado de ánimo también se vuelve más relajado y feliz.
Ella habló, con una leve sonrisa emergiendo en sus su

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