Capítulo 242 Intrigas y más intrigas

Escuchando cómo sus amigos alababan a esa maldita Mónica, Ana exclamó enojada: —¡Un segundo puesto no tiene nada que me interese! Si quieren saber algo, vayan y pregúntenle a ella, ¡hm! Mirando cómo su figura se alejaba poco a poco, sus amigos se entristecieron. Algunos, insatisfechos, murmuraron en voz baja: —No sé de qué se enorgullece tanto; si no fuera por el error de Mónica, aún estaría por verse quién habría sido la primero. Otros dijeron lo mismo: —Exactamente, ¿por qué nos grita? Con ese mal carácter, no es de extrañar que, incluso habiendo ganado el primer lugar, nadie la quiera. Al oír sus ofensivos comentarios, Ana giró bruscamente y dio dos pasos agresivos hacia atrás. Los que andaban por ahí corrieron despavoridos, no querían enredarse con ella. Ana, mirando sus espaldas, mordisqueó su labio furiosa. A pesar de ser la primera, tanto en línea como en la escuela, todos parecían prestar más atención al segundo lugar de Mónica. ¿Desde cuándo el valor de un segundo lugar supera