Capítulo 257 Suplicar

—¿Qué tal si vamos la próxima vez? Aunque había prometido casarse con tío Sergio, todo esto era demasiado repentino y aún no se sentía preparada. Sergio, mostrando una expresión serena, colocó el certificado de nacimiento sobre sus piernas de manera casual, dijo: —He hecho una cita previa; hay alguien esperándonos allí. Podemos ir y hacerlo en cualquier momento. Sin excusas, Mónica comenzó a sudar nerviosamente y se quedó mordiéndose el labio inferior, distraída. ¿Cómo será pasar el resto de mi vida con tío Sergio, viviendo juntos? Al notar su nerviosismo, Sergio le apretó la mano y dijo en voz baja: —Mónica, después de casarte conmigo seguirás siendo libre. Así que no te resistas, y no me rechaces. Mirando sus ojos sinceros, el corazón agitado de Mónica comenzó a calmarse gradualmente. Recordando el tiempo pasado con tío Sergio, parecía que no había nada incómodo. Por el contrario, su consideración y cuidado la hacían sentirse atendida. Con ese pensamiento, su resistencia a la vida ma