Capítulo 293 La mantenida

Si Sergio realmente tuviera a alguien a quien amar, simplemente se divorciaría; después de todo, eso fue lo que ella había planeado desde el principio. En cuanto a ese beso… ¡que lo considerara como si la hubiera mordido un perro! Y esa extraña emoción en el fondo de su corazón, decidió enterrarla profundamente. Después de secarse el cabello, Mónica salió del baño y vio a Sergio, quien estaba apoyado en el cabecero de la cama, frunciendo el ceño mientras leía unos documentos. Al principio se sorprendió y luego, con calma, recogió una almohada. —Voy a dormir en la habitación de invitados. Sergio, con una expresión sombría y los labios apretados, se levantó para detenerla: —¿Por qué? Mónica evitó su mirada, tratando de mantener la calma en su voz: —Nuestra relación no es adecuada para vivir juntos. Sergio, con el rostro inexpresivo y una presencia imponente, replicó: — ¿Una pareja casada no es adecuada para vivir juntos.? Mónica se atragantó. Ciertamente, vivir juntos como esposos no sol