Capítulo 14
Al escuchar eso, Jairo frunció el ceño y tomó la computadora para mirar.
—Todo esto ya lo sé...
Apenas alcanzó a decir, cuando en la pantalla aparecieron escenas que jamás habría imaginado.
¿Cómo podía ser posible?
En la escalera de la subasta, la débil Lorena cambió de rostro y empujó a María, haciéndola rodar.
En el estacionamiento subterráneo del hotel, era Lorena quien lo acosaba sin cesar, incluso lanzándose frente al auto para bloquearlo.
En el hospital, era Lorena quien provocaba adrede, rompiendo el brazalete que Arturo le había dejado a María.
……
Todo era distinto a lo que él siempre creyó.
Las pupilas de Jairo se contrajeron; no podía creerlo. Reprodujo los videos una y otra vez, incapaz de apartar la mirada.
—¡Lorena, eres realmente venenosa!
Rugió entre dientes, lleno de rabia.
Sus puños se cerraron con tal fuerza sobre la mesa que resonó un crujido aterrador.
Siempre había creído que Lorena era inocente y desdichada, siempre la protegía, siempre la defendía, ¿y qué había h

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