Capítulo 2314

Sean frunció el ceño e ignoró la pregunta de Kate por completo, y abrió la boca cuando ella acercó la medialuna. Él no había comido ni un bocado de comida desde la mañana y, a decir verdad, estaba hambriento. "No respondiste mi pregunta". Sean no le respondió, y Kate frunció los labios, retrocedió su brazo y arrojó ágilmente la medialuna a su propia boca. Hubo un crujido cuando ella masticó la medialuna. "¿Crees que eres capaz de salirte con la tuya comiendo mi medialuna sin responder mis preguntas? ¡En tus sueños!". Sean frunció el ceño cuando vio la mirada triunfante en el rostro de Kate. Él se estaba muriendo de hambre, pero como no podía mover las manos, no había nada que pudiera hacer aparte de observar en silencio cómo aquella mujer se comía su comida. "¡No tendrás ni un solo bocado si no me contestas!". Kate le puso los ojos en blanco, y luego sostuvo la caja de pasteles cerca de ella y siguió viendo su programa. Mientras seguía masticando su comida, ella no pudo evitar lamentarse: "La verdad es que no se gana nada con ser terco; ésa es la regla de todas las telenovelas". Luego, ella miró a Sean con el rabillo del ojo y añadió: "Desafortunadamente, esta regla también se aplica en la vida real". Sean frunció el ceño, pero no le respondió. ¿Y qué si ella no quiere darle de comer? ¿Él tenía que renunciar a su dignidad por la comida? Aunque la pregunta de Kate no era difícil de responder, él no tenía ganas de responderle. Estaba preocupado al responderle esta pregunta, luego habría muchas preguntas extrañas esperándolo. Kate no pudo evitar fruncir los labios cuando vio que Sean estaba tragando su saliva, pero seguía negándose a hablar. Un segundo después, ella dejó escapar un suspiro de lástima y dijo: "Viendo que eres un paciente, estoy dispuesta a darte otra oportunidad". Ella abrió el envoltorio de la otra medialuna y se lo mostró a Sean. "¿Te lastimaste por un hombre o por una mujer?". Sean frunció el ceño. Él no tenía ganas de responder a esta pregunta extraña, pero... Él tenía demasiada hambre para pensar. Kate puso los ojos en blanco cuando vio que él estaba dudando. "Supongo que aún no tienes ganas de conversar conmigo". Dicho eso, ella quitó la medialuna de su vista y dijo: "Supongo que tendré que comerme esto también...". Antes de que ella pudiera terminar su oración, de repente Sean se agachó, cerró la boca sobre la medialuna, que ella tenía en la mano, y se lo tragó. Mientras lo hacía, sus dientes y labios rozaron momentáneamente los dedos sonrosados de Kate. Sus dientes eran duros y sólidos, mientras que sus labios se sentían suaves y fríos, y esta sensación extraña hizo que la mente de Kate se quedará en blanco por un momento. Cuando Sean terminó de comer, Kate volvió a la realidad y se dio cuenta de lo que acababa de suceder. Un rubor se deslizó por su rostro cuando se dio cuenta de esto. Esta era la primera vez que ella se ponía nerviosa debido a un encuentro con un hombre desconocido. "Yo... Tú...". Ella apretó los dientes y miró a Sean, su rostro sonrojándose. "¿Cómo te atreves? Te dije que si no respondías a mi pregunta…". "Me lastimé por un hombre. Mi hermano, para ser más específico". Sean dejó escapar un suspiro, y, aunque él se mostró reacio a hacerlo, le ofreció la información que ella quería escuchar. "Estaría encantado de responder a tus preguntas, siempre que no me preguntes cosas raras como esta". Luego, él le echó un vistazo a la caja de pasteles que ella tenía en la mano y le preguntó: "Nunca probé esta marca de pasteles en el pasado. ¿Dónde compraste esto?".