Capítulo 1136
Patricia se emocionó al escuchar.
—¿¡Qué dijiste!?
Kenia suspiró suavemente. —Si me lo hubieras explicado desde el principio, que Alejandro nunca dijo realmente que le gustabas y que su corazón pertenece a otra persona, jamás te habría dado el adorno de Jesús, que ahora ya es tuya.
—Alejandro que le guste otra persona no tiene nada que ver conmigo. ¡No cumpliste ninguna de las promesas que me hiciste! Antes me dijiste que el adorno de Jesús no me afectaría, pero ahora solo verla me provoca dolores de cabeza, y no tengo ninguna oportunidad de acercarme a Alejandro. Ni el anillo ni el adorno de Jesús han tenido efecto alguno. ¡Me engañaste! Señora Kenia, tienes mucho valor para tramar contra mí —dijo Patricia, visiblemente enfadada.
Kenia suspiró con resignación. —¡Ay, no es así! ¿Cuándo te he engañado? Cuando llevabas el anillo, Alejandro sí cambió su actitud hacia ti. La razón principal es que, a los ojos de Alejandro, no puedes compararte con Valentina. Ni el adorno de Jesús ni

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