Capítulo 1210
Pero después de que ella habló, Gonzalo aún no dijo que no iría.
Verónica se sentía incómoda, pero la situación actual no permitía decir más.
Ana, a través del espejo retrovisor, vio el rostro pálido de Gonzalo por el dolor de cabeza, y en su mente aparecieron imágenes de Alejandro con el mismo malestar.
El Gonzalo frente a ella se transformó en Alejandro; parecían ser la misma persona.
Ambos se parecían, y ambos sufrían de insomnio y dolores de cabeza.
De repente, Ana apretó más fuerte su bolso.
La familiaridad que sintió al ver a Gonzalo por primera vez la noche anterior volvió a su mente.
Ella tomó una profunda respiración.
Se volvió un poco más racional.
Su voz también se calmó y dijo: —Intenta presionar aquí, a ver si alivia el dolor de cabeza.
Mientras hablaba, señaló la parte superior de su cabeza.
Temía que si decía qué punto de acupresión era, ellos no lo entenderían.
Al escucharla, Verónica frunció el ceño hacia Ana: —¿Conoces las técnicas de masaje de

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