Capítulo 1289
Para esta hija biológica, solo tiene decepción.
Nunca había pensado que se volverían a encontrar en esta vida, pero aquel día de repente ella apareció buscándola.
Después de reír con exageración y de manera maníaca, Carmen miró despectiva a Ana con ojos que destilaban veneno y dijo: —¿No le dijiste a mamá? ¿No sabes a dónde fui? Te llamé pidiendo que me salvaras, ¿qué hiciste? Háblale bien a mamá.
—No necesita Anita decirlo, sé a dónde fuiste. Tú y José fueron vendidos por Carlos; la policía me contactó por un tiempo, — respondió Elena con voz grave.
Carmen se quedó al instante estupefacta.
Ana también estaba sorprendida; Elena nunca había mencionado aquello frente a ella.
Resultaba que ella ya lo sabía.
—Eres mi madre. Sabías que me habían secuestrado, que había sido torturada durante tanto tiempo de manera terrible, ¿y no pensaste en rescatarme? ¿Solo miraste con indiferencia? ¿Dices la verdad cuando afirmas que eres mi madre?— Carmen casi gritó desesperada.
¿Qué habí

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