Capítulo 1625
Alejandro respondió con un sí.
Después de estacionar el automóvil, el conductor buscó y entregó las pastillas para aliviar la resaca a Alejandro.
Solo después de observar que Alejandro había tomado la pastilla, prosiguió con la respectiva conducción.
A esa hora, las calles estaban prácticamente vacías, lo que facilitaba un tráfico fluido y sin interrupción alguna.
En menos de media hora llegarían a villa Estrella de Mar.
Veinte minutos más tarde, cuando estaban a punto de llegar a Villa Estrella de Mar, el vehículo se detuvo de manera repentina.
Alejandro, que había estado medio dormido, abrió asombrado los ojos.
—¿Ya hemos llegado?
El conductor lo rechazó: —Jefe Alejandro, la mujer que nos bloqueó el camino la última vez durante la lluvia está adelante otra vez.
Su presencia en medio de la noche resultaba ser algo aterradora.
A primera vista, uno podría confundirla con un fantasma.
Por suerte, él era valiente y no se asustaba con facilidad.
Entonces reconoció a Victoria.
¿Qué le suced

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