Capítulo 1959
Bernardo colocó inmediatamente la mano sobre ella.
Sintió el contorno de la dalia bajo la yema de sus dedos.
—Dentro del contorno de esta dalia hay un sello mágico. Ese sello es una bendición para todos los que poseen este espejo. Bernardo, ¿lo sentiste? Si lo sentiste, eso significa que tú también puedes recibir esa bendición —dijo Josefina.
Bernardo asintió con la cabeza: —Lo sentí. El sello del que hablas es muy tenue, si no se toca con cuidado, es difícil percibirlo.
A simple vista, casi no se distinguía nada.
Solo que... ¿una bendición?
Si realmente esa bendición funcionaba, él deseaba que a Josefina le gustara, pero... ¿acaso era algo que este espejo pudiera lograr?
Antes, él no creía en espíritus ni deidades.
Pero desde que conoció a Josefina, de repente sintió que tal vez los espíritus no eran simples invenciones.
Ese tipo de bendiciones le daba esperanza, pero sabía que no debía albergar demasiada codicia.
—¿Por qué regresaste tan temprano hoy? —preguntó Josefina.
Después sirv

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