Capítulo 2015
Después de la medianoche, la Casa Castro se volvió mucho más silenciosa.
Y Bernardo no regresó sino hasta el amanecer.
El cansancio era evidente en su rostro, no había dormido en toda la noche y, con las heridas que tenía, además de haber tenido que lidiar con toda clase de problemas, seguramente ya había agotado todas sus fuerzas.
Ella fue de inmediato hacia la puerta y lo ayudó a entrar.
—Acuéstate en la cama, voy a revisar tus heridas.
Bernardo asintió con la cabeza y, con la ayuda de Josefina, se tumbó en la cama.
Entonces cerró los ojos de inmediato, y pronto, Josefina escuchó la respiración acompasada de Bernardo.
Estaba claro que se encontraba completamente agotado.
Ella comenzó de inmediato a quitarle la ropa para dejar al descubierto la zona herida.
Al parecer, él mismo se había cambiado el vendaje el día anterior, y la herida había sanado bastante bien.
Muy pronto, Josefina le había aplicado el nuevo medicamento.
Luego, con cuidado, volvió a vestirlo y lo cubrió con la manta.

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