Capítulo 996
Eduardo llegó justo a tiempo.
Ana le sonrió.
Al ver la sonrisa de Ana, Eduardo se sorprendió un poco.
—Deberías darle primero la medicina al Presidente Alejandro,— indicó Ana.
Eduardo abrió inmediatamente el medicamento y, siguiendo las instrucciones, preparó el antifebril.
Luego se lo entregó a Alejandro, diciendo: —Presidente Alejandro, tiene un buen sabor, a frutas.
Había escogido varias, y esta en particular era conocida por ser fácil de tragar, algo que incluso los niños podrían tomar como si fuera jugo.
—¿Sabor a frutas?— preguntó Ana, curiosa.
¿Una medicina para la fiebre con sabor a frutas?
Entonces se quedó mirando a Alejandro.
Cuanto más lo miraba, menos podía contener su risa y finalmente se echó a reír.
Parece que Alejandro es aún más difícil de manejar que un niño; necesita que lo consientan para tomar su medicina, y además que esta no tenga sabor a medicina.
Alejandro, al ver la risa de Ana, frunció el ceño y lanzó una mirada fría a Eduardo.
Eduardo sintió un escalofrío a

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