Capítulo 21
Toc, toc, toc...
Silvio estaba recostado de lado en la cama, abrazando a Esther, mientras pensaba en cómo seguir avanzando. No se esperaba que tocaran la puerta de la habitación.
¡Vaya!
Se sobresaltó, soltó rápidamente a Esther y se bajó de la cama.
Criiic...
Al mismo tiempo, empujaron la puerta de la habitación y se abrió.
Una enfermera joven y guapa entró.
—Tú...
Al ver el estado desordenado de la cama y a Esther recostada de forma torcida, la enfermera arrugó la cara de inmediato.
No sabía quién era Silvio (esa enfermera no era del área de cuidados intensivos), y pensó enseguida si aquel joven había hecho algo inapropiado con la paciente.
Esther parecía estar dormida, sin señales de haber despertado.
Pero la cama estaba desordenada, y el chico ni siquiera tenía bien puestos los zapatos.
—Enfermera, soy familiar de la paciente.
—Oh...
Al escuchar eso, la enfermera comprendió de inmediato y bajó la guardia.
—Soy el esposo de la paciente...
Al ver la expresión de la enfermera, Silvio s

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