Capítulo 46
¡Vaya!
¡Se había vuelto aún más suave, y su piel tenía una elasticidad estupenda!
Sus mejillas estaban rojizas, desprendiendo un cálido resplandor.
Sus labios...
Suaves, húmedos.
Después de una semana sin verla, ¡Esther realmente se había recuperado muy bien!
—Querida, si tú también me extrañaste... ¿Por qué no me haces cosquillitas con el dedo en la mano?
Silvio acariciaba con suavidad la carita de Esther, sus labios, su cuello...
Y su voz sonaba muy tierna.
—...
Apenas terminó de hablar, Esther le hizo cosquillas con el dedo en la palma de la mano.
—Eh...
¡Esta Esther sí que era chistosa!
¡Muak!
Silvio curvó ligeramente los labios, se inclinó y la besó en los labios.
Con una mano también la rodeó por el cuello.
Huff...
Esther, que ya respiraba con algo de dificultad, comenzó a hacerlo aún más agitadamente.
Sus brazos se envolvieron de forma instintiva alrededor de la espalda de Silvio.
Ya no estaban en el hospital, así que Silvio se atrevía a mucho más.
Dos minutos después...
Silvio

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