Webfic
Abra la aplicación Webfix para leer más contenido increíbles

Capítulo 19

"Tus modales no son adecuados para ser exhibidos en la alta sociedad", Alexandra le estaba diciendo eso al tiempo que le recriminaba su comportamiento y, mientras la emplazaba a corregir, realizaba un ademán con su cabeza. "Pero, ¿qué otra cosa debo esperar de una persona de tu extracto social?", dijo.  Seguidamente, Octavia fue a sentarse al borde del estanque como si remedara a un animal que hubiera recibido un baño y no lo secaron, ella tiritaba. En eso oyó a Alexandra con una furia incontenible que desataba sus instintos criminales.    Había ocurrido muchas cosas en la noche, pero precisamente su tal acción no estaba en su plan.   Y de nuevo, se veía derrotada por esa mujer.  Eran tan distintas ellas dos que esa afirmación podía compararse con una luz que brillaba en la oscuridad.  Lo que estaba ocurriendo afuera llamó la atención de todos los que se encontraban en la fiesta. Los concurrentes se aproximaban con una copa de champán en sus manos, abandonaban el salón y se encaminaban hacia el jardín, el cual no quedaba muy distante.   Cuando vieron a Octavia abandonada y deplorable sentada al borde del estanque y, por otro lado, a Alexandra que se destacaba menos afectada, mostrándose altiva y arrogante, se desataron los comentarios.   "Oh, ¿qué es lo que hace la Sra. Barrette en ese sitio?", fue la pregunta que formuló una socialité, al tiempo que movía su abanico traído de Japón y con el cual se cubría la boca para que nadie viera que estaba riendo.  Otros de los presentes se fijó en Alexandra y añadió: "La señorita Grey da la impresión de haber tenido un inconveniente, ¿se puede saber si se encuentra bien?".  A las dos damas le dirigían la palabra de diferentes maneras, por lo cual el trato evidentemente era distinto.  De inmediato Lucien escuchó lo que decían y decidido se abrió paso entre la multitud; él miraba con atención la frialdad de Alexandra. Ella había bebido suficiente vino, pero aun así se le veía tranquila. Conservaba su aire de elegancia y altivez, asunto que no todos podían lucir.  Cuando se dio cuenta de que él la observaba volteó señalando con su mirada, y era como si le estuviera diciendo a Lucien que se fijara en lo que le estaba indicando.  Él giró su cabeza dudando un poco y siguió la dirección que le había sugerido y, al momento,  quedó sorprendido.  "¡Octavia!", reaccionó rápidamente llamándola y se encaminó raudo hacia el estanque para rescatarla. Cuando lo vio acudir para auxiliarla, ella se mostró muy inocente, tanto como podía.   "¡Lucien!", gritó cuando el hombre le dio una mano y la puso fuera del estanque. Él la abrigó para que tuviera calor.  De inmediato la abrazó con la intención de protegerla y sintió cómo su cuerpo estaba temblando en forma frenética. Él, como nunca, montó en rabia.  Miró directamente a Alexandra y sin tomar en cuenta a todos los presentes que no le quitaban la miada de encima, le reprobó furioso: "¿Me puedes decir qué significa esto, Alexandra Grey? ¿Quién te enseñó a tratar así a las personas indefensas, como ella?".  La mujer los observaba a ambos, al tiempo que se preparaba para responder. En tanto, por un costado veía a Theodore, quien se enfiló para ayudarla, pero ella le indicó que se quedara en su sitio.  “Lo que ocurre es que tu prometida no es una persona con buenos modales. Y cuando me fijé en ese detalle, me sentí obligada a darle una lección",  dijo y movió la cabeza para preguntar con ironía: "¿Acaso eso me convierte en una mujer malvada?".  "¿Quién puede aprender con tanta rudeza?".  “Ella vertió un vaso lleno de vino encima de mi cabeza, no esperaba que ella actuara de esa forma. Casualmente requiero que...". Alexandra interrumpió lo que estaba diciendo, juntó sus dedos e hizo un ademán cargado de elegancia. Se hallaba contenta, y por eso continuó diciendo: "Pues, solo estoy estirando mi mano en este preciso instante...". Lucien entornó sus ojos viendo a Alexandra y, seguidamente, colocó su mirada entre las dos mujeres.  Él sabía quien era Octavia, por lo que jamás creyó que actuara de esa manera. Ella tenía un carácter muy suave, por lo que no era posible que procediera de una forma tan ruin como le estaban señalando.  “La culpas de haberte echado vino en tu cabeza, ¿cómo puedes probar esa acusación?".  Los presentes, que hasta ese momento se encontraban tranquilos, desataban sus comentarios, mientras sus miradas se concentraban sobre Alexandra. Ellos aguardaban que la rubia abogara por sí misma de una manera ejemplar ante la alta sociedad.  Pero no fue así, por el contrario, ella respondió mofándose de la situación.  No conocía esa disposición de Lucien cuando demostraba su ceguera por el amor de una mujer. Él no quería ver, y esa actitud lo hacía parecer como un imbécil.  “¿Me pides que te dé alguna prueba? ¿Qué más quieres? ¿Acaso yo misma me eché el vino encima?".  “Desconozco quién es la Sra. Grey, y no puedo permitirme establecer un juicio hasta que no cuente con las pruebas que avalen lo que estás señalando".  Cuando oyó lo que dijo y le halló coherencia, ella hizo un gesto con sus labios que los puso delgados, y confirmó lo dicho por él.  "De acuerdo...", expresó. Ella irguió la cabeza y realizó un recorrido con su mirada por el entorno. Cuando se detuvo en el punto de su interés, sus labios regresaron a adoptar la forma que acostumbraba tener.  "¿Podríamos ver las grabaciones que han hecho las cámaras?", propuso confiada.  “Así, creo, podrás tener a la mano todas las pruebas que estás demandando, ¿te parece?".  Los miembros de la alta sociedad continuaban emitiendo sus comentarios, y confirmaban con un gesto que lo que se argumentaba era razonable.  Pero Octavia se sintió nerviosa cuando dijeron que veerían las imágenes captadas por las cámaras. Su cerebro tan pequeño no se había esforzado en comprobar nada de eso. Entonces se comportaba algo temerosa y buscaba refugio en los brazos de su futuro esposo, mientras su cabeza daba vueltas de forma vertiginosa, tratando de hallar diversas salidas al enredo en el que estaba sumergida.  Pero cuando pensó en ganar tiempo por lo que se advenía, Lucien se encargó de darle otro giro a la situación.  "Estamos de acuerdo, ¡procedamos...!".  La voz del hombre se escuchó muy segura, por lo que los presentes confiaban ahora a favor de Octavia, sin aún tener nada comprobado. Sin embargo, la única persona que creyó en lo dicho por Alexandra era Theodore.  Después de haberse mantenido al margen de la situación, el hombre de tez rubia se adelantó mientras se quitaba su chaqueta y se la ponía a Alexandra.  Él pasaba por alto la actitud de Lucien, quien se movía inquieto, por lo que hizo un ademán con su cuerpo, al tiempo que señalaba: "Haré que los de la seguridad ubiquen la cinta de video para que nos la envíen de inmediato".  Luego él se escabulló entre la gente, con ánimos de hacer lo justo con su amiga.  La cinta de video duró más de lo que se esperaba. Y mientras todos la aguardaban, Alexandra se aproximó con paciencia a Lucien con un propósito.  "Veo que confías mucho en lo que te dice tu prometida", dijo al tiempo que se posaba frente a ellos con una actitud de reclamo.  Lucien no conocía esa faceta de ella, y quizá por eso dejó que aún persistiera esa especie de antifaz sin expresión que se develaba de su rostro, y que le generaba decepción.  "¿No te basta con lo que has hecho?", le preguntó al tiempo que observaba a Octavia, quien se ocupaba de proyectar en su cabeza diversos planes.  Alexandra estaba pendiente de lo que hacían, por eso sintió una corazonada, a la que atendió sin pensarlo mucho. .   "Todavía no. A penas estoy considerando una propuesta". Lucien satirizó: "¿Y qué es lo que te hace pensar que voy a caer en tu trampa?".  Ella quería hacerse pasar por la indiferente "Creí que eras una persona dedicada a los negocios, Sr. Albrecht", dijo la rubia. Él la examinó con unos ojos que la penetraron. Su expresión era tan excelsa y su cara imperturbable no dejaban que se descubriera lo que pasaba por su cabeza, y esto le retorcía los intestinos.    La Ariadne a la que él estaba acostumbrado a tratar era como un libro a cuyas páginas se podía acceder sin problemas. Develaba lo que pensaba y lo que iba a hacer. Pero lo que ahora acontecía era completamente distinto.   En efecto, Alexandra Grey era muy diferente. Lucien se mostraba molesto, y por esta razón preguntó inquisitivo: "¿Qué es lo que planteas?". Alexandra mostró una amplia sonrisa y comentó: "Cuando el video confirme lo que hizo tu prometida, el contrato que tienes con mi empresa quedará disuelto".  “¿No estamos en igualdad de condiciones? ¿Y qué voy a ganar si el video refiere otra cosa?".  “Bueno, podrían ser un paquete de acciones extra de mi empresa, sería un diez por ciento si llegáramos a exigir precisión en los números. Como persona dedicada a los negocios te gustaría tener mayor ventaja en mi empresa. Desde luego espero derrotar antes a Albrecht Empire y luego pasaré a ocupar el puesto número uno en el mundo de los negocios.  Pero él no dejaba de percibir la carga irónica que tenían sus palabras. De hecho, se atragantó y con cierta sensación de dolor respondió: “Estamos de acuerdo, solo aguardo que puedas cumplir con lo que te corresponde, Alexandra".  "Sra. Grey, por favor", agregaba tratando de corregir rápidamente: “Veo que crees a fe ciega en tu prometida. Solo aguardo que después no eches para atrás tu decisión… Sr. Albrecht”. Ella giró encima de sus pasos y se enfiló hacia otra dirección. Lucien se quedó viendo su espalda al tiempo que ella se extraviaba entre la gente. Casualmente, Theodore salió del cuarto de seguridad y mostraba una amplia sonrisa frente a Alexandra, quien se aproximaba.   "¡Alexa!". Él le pegó un grito y de inmediato se fue hacia ella. Él obvió las miradas y los comentarios soterrados que estaban atentos a lo que hacía. "El video fue confirmado y ha sido enviado a tu teléfono. De un minuto a otro lo recibirás".  Fue así, pues casi de inmediato la pantalla del teléfono se iluminó dando cuenta del mensaje recibido. Ella lo atendió y una sonrisa sagaz iluminó a sus labios".   "Muchas gracias, Theo, desde ya yo estaré a cargo", dijo ella, confiando en él con un gesto muy cercano. Luego se encaminó hacia el primer salón pasando entre los presentes.  Una vez que avanzaba se miró con Lucien, y solo dijo: "¡Yo salí ganando!". Y emulando una risa, desvió su mirada y prosiguió confrontando la situación.  Ya mejor posicionada del evento, Alexandra le indicó una acción al maestro de ceremonias, quien salió en busca de un micrófono para dárselo a ella.   Entonces dirigió algunas palabras de gratitud y, después, miró a los presentes, quienes no dejaban de advertir sus movimientos.  “Señoras y señores, ¿me permiten un momento por favor?”. Su dulce voz irrumpió a través del micrófono llamando la atención de todos los presentes. “Como muchos aquí no saben quién soy, por eso, en primer lugar, debo presentarme. Mi nombre es Alexandra Grey. Presidente de Grey Enterprise y el video que les voy a mostrar es la prueba que me exime de responsabilidad y demuestra que soy inocente con relación a los que pasó en el Jardín.  Al culminar su disertación ella conectó su teléfono a la pantalla que estaba a su espalda. Enseguida su mirada se cruzó con la de Lucien y Octavia por última vez, pero quedó algo impresionada porque la noirette no estaba tan intranquila como hace un rato.  La expresión de Alexandra cambió repentinamente y en ella tomó lugar una sonrisa. Todo estaba ocurriendo en el momento en que accionaba el video y observaba cómo se iba poco a poco cargando. Ahora, se interesaba en conocer cuáles eran los trucos que mantenía en guardia la  noirette. Los comentarios regresaron entre la gente cuando el clip comenzó a desarrollarse. Pero cuando estaba a punto de verse la parte que le serviría de prueba, llegó alguien y aplastó el teléfono interrumpiendo la transmisión.  Las fisuras perpetradas contra el dispositivo, impactaron en el lugar al tiempo que Alexandra se quedó con su mirada puesta en el teléfono, el cual permaneció tirado en el piso con un hueco en el centro perpetrado por la punta de un tacón.  Poco a poco fue elevando su vista y precisó la presencia del autor del ese acto tan violento, su rostro estaba bañado por la luz caliza del salón.  Se trataba de Viviana Grey.

© Webfic, todos los derechos reservados

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.