Capítulo 46

Ella solo había logrado superar los momentos más difíciles gracias a las palabras de ánimo que él le brindó. Tal vez no podía recordarlas todas, pero incluso las pocas que se le venían a la mente eran muy valiosas para ella, y ella planeaba atesorarlas por el resto de sus días. Los rayos del sol acariciaban el rostro de Alexandra mientras ella abría lentamente los ojos. Era una hermosa mañana y, a medida que se levantaba de la cama, su visión se aclaraba cada vez más, lo que le permitió analizar el lugar en el que se encontraba, y aunque definitivamente no estaba en su habitación, por alguna razón ese cuarto le resultaba muy familiar. Al salir de la cama, ella pudo sentir la fría superficie del suelo bajo sus pies mientras su mirada se posaba en un estante que contenía una gran cantidad de galardones. Ella se acercó a este y pasó los dedos por los distintos premios antes de dirigir su atención hacia la luz del sol que entraba a través del vidrio del balcón, la cual hacía que el suelo