Capítulo 12
Permaneció inmóvil, con el teléfono en la mano, escuchando el tono cortado, como si oyera su propio corazón detenerse.
Una sensación enorme de vacío y de miedo lo invadió.
El otoño en Monteluz era lluvioso y frío, tan frío como el ánimo de Héctor en ese momento.
Habían pasado meses.
Héctor, incansable, había intentado todo para acercarse a Diana: insistencia, regalos, sorpresas.
Joyas carísimas, llaves de autos deportivos de edición limitada, ramos de flores distintos cada día, cenas románticas en los mejores restaurantes, alfombras de pétalos bajo su edificio, serenatas con músicos contratados...
Todas esas estrategias que antes nunca fallaban se volvieron ridículas frente a Diana.
Pero su mirada hacia él cambió: del frío distante al desprecio abierto, hasta llegar a la indiferencia total. Ya ni siquiera lo miraba.
Era como si él fuera aire molesto, una piedra en el camino.
Pasaba a su lado sin mirarlo, esquivaba las sorpresas que preparaba, tiraba sus costosos regalos a la basura sin

Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil