Capítulo 78
—Yo... —Me atraganté, y de inmediato sentí cómo el calor me subía a las mejillas.
¿Qué estaba pensando? El ascenso que Pablo prometió solo era para quedar bien con Rodrigo. ¿Cómo pude creer que abrió la vacante solo por mí?
Me sentí avergonzada de mi propio descaro.
Respiré hondo: —Segunda pregunta: ese collar no era de la colección exclusiva de la empresa, debe de ser una reliquia de tu madre. ¿Por qué me lo pusiste?
Mi voz salió débil, casi temblorosa, cargada de cautela.
Lo que importaba no era por qué me lo había dado, sino la historia detrás de esa joya. Pablo nunca había desmentido lo que dijo Irene, así que debía de ser cierto.
Ese collar estaba destinado a su futura esposa.
No sabía qué respuesta esperaba. En cuanto formulé la pregunta, una oleada de nerviosismo me llenó el pecho.
Me aterraba escuchar la verdad. Temía que fuera como lo había imaginado, y, al mismo tiempo, temía que no lo fuera.
Pablo tardó mucho en contestar.
Por fin habló: —Fue una confusión. Antonio me entreg

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