Capítulo 104

Un escalofrío, seguido de calor, recorrió su cuerpo. Este ciclo de frío y calor la mantenía alerta. No podía saber dónde estaba. De repente, sus instintos, afinados durante años de vigilancia, le abrieron los ojos de golpe... Pero no había ninguna mazmorra oscura ni agua helada ilimitada ante sus ojos. Estaba en su dormitorio, su habitación en Williams Court. —¿Despiertas? —Una voz familiar, fría y tranquilizadora, llegó a sus oídos: era la voz de Robert. Eleanor levantó la vista sin querer. Robert estaba sentado junto a su cama, en su silla de ruedas. Su rostro inescrutable y atractivo no delataba emoción alguna, pero sus ojos, oscuros y profundos como el fondo del mar, la miraban fijamente como si pudieran atraerla. —Tú… —Eleanor se levantó de la cama, apoyando su cuerpo medio despierto, con la mirada confusa—. ¿Fuiste tú quien me trajo de vuelta? Apenas podía recordar lo que había sucedido después de ser arrojada a la mazmorra y sumergida en las aguas heladas. Recordaba vagamente qu